Felipe tiene 19 años y esconde un gran secreto. Es una persona que habla mucho, vive riendo y le gusta aportar en todo momento su versión de los hechos (siempre con un toque de humor) se hable de lo que se hable. Soñó toda su vida con salir del pueblo en donde vivía, porque claro, según él “pueblo chico, infierno grande”, pero cuando llegó el día de partir a Buenos Aires, no sabía ni por donde empezar a planificar el momento de soltar su verdad, sin contar que se había olvidado que la vida no termina en la capital.
